viernes, 7 de abril de 2017

San Sebastian

 Soplaste y se apagó

 Te arrellanas junto a la hoguera y jamás la avivas. Después, cuando casi has permitido que se extinga, soplas y soplas, y soplas; el fuego que te calienta, hasta que la última llama se apaga. Qué fría y oscura es la noche cerrada, sin luna y sin estrellas.

Selfie

La vida bulle bajo el balcón, entre árboles y edificios. Ropa, coches, experiencias, credos, transitorios cuerpos humanos. No existes, naces, dejas de existir. El espacio y el tiempo infinitos. Qué ridículos resultan nuestros egos fotografiados de consumo instantáneo.

¿Por qué lees tanto?

"Querrías sacudir el corazón del lector pero, ¿qué hace él? A las tres termina tu libro y a las cuatro empieza con otro, por muy bueno que sea el libro que tú hayas depositado en sus manos... Mi lector de ahora no es otro que la muerte".
El ruletista (Nostalgia)
Mircea Cârtârescu


–¿Por qué lees tanto?
–Y tú, ¿por qué no lees tanto?¿Todavía no te has enterado de que la vida es pura farsa, un terrible engaño?¿Una fábula traicionera, como tú y yo?¿Un vacío, una ilusión, un millón de trileros?¿Un espacio hueco que rellenamos con ruido y aspavientos? Tan solo en la ficción literaria se acaricia, por un fugaz momento, la piel cálida de la realidad, o al menos eso dice la carta anónima que me han entregado en esta solitaria habitación de hotel, perdida en otra bulliciosa ciudad de paso hacia la nada. Dice: lee y lee la vida a tus hijos.

Otro monstruo pasivo

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