lunes, 20 de junio de 2016

La puerta del ego


- ¿Has abierto tú la puerta?
- No, disculpa, lo hice sin querer, al apoyarme.
- Entra aire fresco, está bien, pero es una puerta de emergencia, y tiene que permanecer cerrada...
- Lo entiendo, ha sido sin querer, pero si por mi fuera, y siendo de emergencia, se quedaría siempre abierta...
- La cierro, pero si de mí dependiera, tampoco me importaría dejarla siempre abierta...
- ¿Para escapar?
- No, para que se marcharan vuestros egos y, llegado el caso, el mío...
- Ja, ja ja, mi ego está más presente aquí que yo mismo, es más fácil que mi cuerpo se volatilice, que mi ego salga por esa puerta...
- Al menos entra aire fresco por un momento, gracias a tu error, pero debo cerrar la puerta...
- No te equivoques, los egos no se refrescan con el aire de la calle..