viernes, 14 de septiembre de 2018

Rómulo y Remo



Se nublan los ojos con fina lluvia de hastío.
Corazón congelado en fiordos de aguas turbias.
Deportan su alma a Siberia hasta que pueda regresar en domingo.
Intelecto y fuerza pilotan un cohete hacia el Edén.
Juega al ajedrez contra boxeadores sin guantes.
Cae el telón y los traidores y farsantes se arrancan la máscara.
Recoge los pedazos de sus guiones y es notario de sus puñaladas.
Zeus lee e imparte justicia.
Las lágrimas de plástico cesan: ya no disfrazan la ponzoña.
Rómulo y Remo pueden fundar una nueva Roma, alimentados por el oso.

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